Durante los años en los que la compra de inmuebles resultaba complicada, hay varios aspectos positivos que mantuvieron el negocio en una actividad restringida, en espera, pero con herramientas que las inmobiliarias con experiencia supieron aprovechar.

En la realidad del negocio, la situación no se deprimió desde que la moneda extranjera fue limitada, sino desde antes, cuando el acceso al crédito hipotecario se suspendió.

Algunas inmobiliarias desarrolladoras han aprovechado las circunstancias para aprovechar factores distintivos de la situación, como por ejemplo que los materiales de construcción estaban a precios más que interesantes, ya que no dependían de la importación.

Lo que también aprovecharon algunos dueños de inmuebles para en vez de vender, arreglar.

Las cámaras del sector, inmobiliarias, martilleros públicos, agentes inmobiliarios demostraron la iniciativa de presentar propuestas en un contexto de inflación importante y de limitación de operatorias en dólares, con medidas que se implementaron en forma parcial.

En esa situación el modelo de Fideicomiso, un modelo de negocios con que se protege la inversión, pero que además, permite reinventar la inversión particular, cambiar reglas de negocios y proponer implementaciones de instrumentos de negociación.

La cantidad de operatorias significativas se dieron entre las inmobiliarias que operaban con nuevos emprendimientos o que ellas mismas tienen emprendimientos en el cual invirtieron los años pasados.

En comparación antes de los cinco últimos años, las operatorias se redujeron en un cincuenta por ciento, pero en utilidades, la capacidad de negociación favoreció al que tenía la moneda dólar.

Mientras los inversores esperaban que la situación bajara el precio de los inmuebles, la posibilidad no se dio.

En la medida de sortear dificultades y de proponer alternativas de negocios, las inmobiliarias con experiencia se sostuvieron, con operaciones menores a las usuales pero en el continua actividad; es por ello que las que sobrevivieron a uno de los períodos más inciertos en sector que ha vivido nuestro país, las inmobiliarias que supieron enfrentar la situación se llevan todas las calificaciones en capacidad de absorber las crisis y neutralizarlas.

Desde la inmobiliaria Mazzei nos comentan que su fórmula fue las ventas de construcciones en pozo, con emprendimientos iniciados hace más de 3 o 4 años, con la idea de apostar al futuro que es el presente de hoy.

Se terminaron de construir viviendas en barrios privados, proyectos que no son sólo residenciales sino que el proyecto incluyó un modelo de calidad de vida, entorno natural combinado con comodidades de hotelería, y el desarrollo conjunto de zonas comerciales, establecimientos educativos, clubs; un conjunto de condiciones, nuevas tendencias desde que se prefiere cerca de la ciudad sin los inconvenientes de la ciudad.

La inmobiliaria Mazzei es desarrolladora de los nuevos emprendimientos de la zona sur, y propuso una combinación interesante para inversores; por una parte, la compra de la vivienda como participación en obra, esto permitió al cliente la oportunidad de proponer comodidades personales, y por otra parte, la oportunidad de la financiación que la propia inmobiliaria ofrece.

La mayor materialización de la inversión se dio con el dinero en dólares que permitió la negociación en importantes descuentos, pero no fue el principal factor de negociación; también lo fue la ventaja de los emprendimientos de zona sur, que a un precio menor por metro cuadrado, se invirtió en calidad y servicios, a pocos minutos de capital federal.

Actualmente desde la Cámara inmobiliaria se propone que se constituya una herramienta que permita agilizar los trámites bancarios en el otorgamiento de créditos, lo cual se espera que habilite a nuevas operatorias.

Mientras tanto las inmobiliarias que subsistieron a la baja de operatorias de estos años mantienen alta calificación en confianza.